domingo, 26 de marzo de 2017

Primigenios



Al principio los hombres no vivían sobre la tierra.
 Existían solamente un hombre y una mujer,
 y éstos vivían debajo de la tierra.
 Ambos eran los primeros y los únicos,
 y no sabían que cada uno de ellos
 tenía un sexo diferente

El Decameron Negro




lunes, 27 de febrero de 2017

FugaZes




Entramos en la cabina y estábamos allí solos los dos.
Nos miramos sin hacer otra cosa.
Dos vidas, un instante, la plenitud, la felicidad…
En el quinto piso ella bajó y yo, que continuaba,
comprendí que nunca más la volvería a ver,
que era un encuentro de una vez para siempre
y que aunque la hubiera seguido lo habría hecho como un muerto,
y que si ella se hubiera vuelto hacia mí
lo hubiera podido hacerlo desde el otro mundo.


Encuentro en el ascensor de Vladimir Holan, 
[Traducción  Clara Janés]


jueves, 23 de febrero de 2017

Miradas



Y tal vez nos miraban
los maniquíes y los campesinos,
la multitud de los semáforos 
y los niños del puente 
sin saber que pasaba
nuestro amor en la historia movediza,
palabras rodeadas por los brazos,
la intimidad del vértigo,
el único refugio.

Las palabras son cuevas en la velocidad,
si tienes agua secreta,
sobre todo si surgen del pasado,
como aquel coche rojo 
que subió la ladera
y se detuvo bajo los castaños.

Yo no sé lo que pasa,
pero dejaron de ladrar los perros
y la tarde se hizo más extensa 
detrás del parabrisas:
su primero la ciudad,
su pintura de torres y de cúpulas
en la raya del campo,
luego mansedumbre violeta de luz,
después el infinito.

Luis García Montero
El coche





sábado, 18 de febrero de 2017

EternaL



La eternidad es el lecho infinito
cama donde reposa
un tiempo in-definido
© MaRía

Que tal te va sin mi



A dos velas

jueves, 16 de febrero de 2017

Mujer Océano


Te has perdido quien soy 

lo que estaba dispuesta a entregarte 
te has perdido quien es 
la mujer que ahora tienes delante 



Como suena mi voz 
una tarde de abril y levante 
no me hiciste el amor 
cada vez que era tuya mi sangre 



Como respiro 
como amanezco cuando hay tormenta 
vas tejiendo nudos en el corazón 
para luego pedirme perdón 





Y ahora que llegaron a mi vida con mas fuerza que desgana 
abriéndome camino donde solo había zarzas 
dejándome en los ojos mas miel que en las entrañas 
haciendo carnavales en la esquina de una casa 
dejando que el silencio una vez más se me fuera 
llenándome la boca de pasiones imperfectas 
ahora vienes y me pides que te ayude y te comprenda 
ahora tienes corazón 



Mira lo mejor 
es que en mi mesa nunca faltan margaritas 
he burlado sin mas 
la verdad de que esta vez me necesitas 
he saltado al vacío con alguien que sabe ganarme 
presupones mi momento de sentir 
me comparas con quien nunca conocí. 



Y ahora que llegaron a mi vida con mas fuerza que desgana 
abriéndome camino donde solo había zarzas 
dejándome en los ojos mas miel que en las entrañas 
haciendo carnavales en la esquina de una casa 
dejando que el silencio una vez más se me fuera 
llenándome la boca de pasiones imperfectas 
ahora vienes y me pides que te ayude y te comprenda 
ahora tienes corazón 



Y ahora que llegaron a mi vida con mas fuerza que desgana 
abriéndome camino donde solo había zarzas 
dejándome en los ojos mas miel que en las entrañas 
haciendo carnavales en la esquina de una casa 
dejando que el silencio una vez más se me fuera 
llenándome la boca de pasiones imperfectas 
ahora vienes y me pides que te ayude y te comprenda 
ahora tienes corazón..... 
ahora...

Vanesa Martín

sábado, 4 de febrero de 2017

De monjas y cuervos


Golpean con soles
nada se acopla con nada aquí
y de tanto animal muerto
 en el cementerio de
huesos filosos de mi memoria

Y de tantas monjas como cuervos
 que se precipitan a hurgar
entre mis piernas
la cantidad de fragmentos me desgarra
impuro diálogo
un proyectarse desesperado de la materia verbal
liberada a sí misma
naufragando en sí misma.



El infierno Musical.

 Alejandra Pizarnik 

viernes, 3 de febrero de 2017

Cómo pájaros azules...

Los Ángeles navegan siempre...
Un necesario acontecer los llama
 hacia seguras islas
 de recuerdo y nostalgia.

Ardientes Rosas de los Vientos 
crecen sobre el pecho,
 librado de mármoles tempranos
y una remota música de brújulas 
les traza itinerarios sobre un atlas de nube
,hacia dolientes rumbos de lunas desoladas

Están entre archipiélagos de sombras,
reinando sobre imperios de glaciales contornos

Cruzan la absorta dimensión del aire,
y el alba numerosa que los llevase
 ilumina de pájaros azules.

Los Ángeles, 
sin rostro y sin memoria
navegan por los cauces nocturnos de la sangre.

Un cielo azul,
 invicto y despejado,
cuida su paz de sueños sin fronteras


Delfina Acosta

jueves, 2 de febrero de 2017

Soldado a su cuerpo


   Sus caricias poseían una extraña cualidad. Unas veces eran suaves y evanescentes, otras, fieras, como las caricias que Elena había esperado cuando sus ojos se fijaron en ella; caricias de animal salvaje. 

   Había algo de animal en sus manos, que recorrían todos los rincones de su cuerpo, y que tomaron su sexo y su cabello a la vez, como si quisieran arrancárselos, como si cogieran tierra y hierba al mismo tiempo.

   Cuando cerraba los ojos sentía que él tenía muchas manos que la tocaban por todas partes, muchas bocas tan suaves que apenas la rozaban, dientes agudos como los de un lobo que su hundían en sus partes más carnosas. 


    Él, desnudo, yacía cuan largo era sobre ella, que gozaba al sentir su peso, al verse aplastada bajo su cuerpo.


   Deseaba que se quedara soldado a su cuerpo, desde la boca hasta los pies.

Fragmento de "Delta de Venus"

Anaïs Nin



Fotografía:Mikhail Makarenkov

martes, 31 de enero de 2017

Y yo...También

domingo, 15 de enero de 2017

De ⚯⚯ Domingos



Aquí estoy,
desnuda,
sobre las sábanas solitarias
de esta cama donde te deseo.

Veo mi cuerpo,
liso y rosado en el espejo,
mi cuerpo
que fue ávido territorio de tus besos,
este cuerpo lleno de recuerdos
de tu desbordada pasión
sobre el que peleaste sudorosas batallas
en largas noches de quejidos y risas
y ruidos de mis cuevas interiores.

Veo mis pechos
que acomodabas sonriendo
en la palma de tu mano,
que apretabas como pájaros pequeños
en tus jaulas de cinco barrotes,
mientras una flor se me encendía
y paraba su dura corola
contra tu carne dulce.

Veo mis piernas,
largas y lentas conocedoras de tus caricias,
que giraban rápidas y nerviosas sobre sus goznes
para abrirte el sendero de la perdición
hacia mi mismo centro
y la suave vegetación del monte
donde urdiste sordos combates
coronados de gozo,
anunciados por descargas de fusilerías
y truenos primitivos.

Me veo y no me estoy viendo,
es un espejo de vos el que se extiende doliente
sobre esta soledad de domingo,
un espejo rosado,
un molde hueco buscando su otro hemisferio.

LLueve copiosamente
sobre mi cara
y sólo pienso en tu lejano amor
mientras cobijo
con todas mis fuerzas,
la esperanza...










En la doliente soledad del domingo
Gioconda Belli

viernes, 13 de enero de 2017

La promiscuidad del detalle




El primer plano de un rostro es tan obsceno
 como un órgano sexual visto de cerca.
 Se trata de un órgano sexual.
 La promiscuidad del detalle,
 el zoom-in,
 adquiere un valor sexual.

Jean Baudrillard

miércoles, 11 de enero de 2017

O

   

El joven no dijo nada más. La acarició tan largamente en los labios de la hendidura de la vulva que O empezó a jadear hasta perder el aliento.
      Después de haberse hundido en ella, el joven cambió la vulva por el ano, pronunciando en voz muy baja: “O”. 
      Ella sintió que se cerraba en torno de aquella estaca de carne que la empalaba y la hacía arder.

Historia de O 
Pauline Réage 
Fragmento

la noche 75

En mis versos, de rimas melodiosas, he cantado suficientemente la amargura de la ausencia y el triunfo de aquella cruel con cuyo alejamiento he sufrido tanto.

Ahora he engarzado en un hilo de oro mis versos, admirablemente labrados, y quiero solamente cantar las cosas de alegría y la expansión del alma.

Los jardines perfumados de rosas, las gacelas de ojos negros, las cabelleras de las gacelas.

La cruel fué al jardín de mis delicias, sus mejillas las rosas del jardín, sus pechos las peras y las granadas, y su carne la miel y el rocío.

Pero en adelante, quiero pasar tranquilamente la vida con tiernas vírgenes, flexibles como las ramas nuevas, y entre beldades intactas como perlas que no se han perforado.

Al son de los laúdes melodiosos, bebiendo la copa en las manos del escanciador, en las praderas de rosas y narcisos.

Y aspiraré todos los perfumes de la carne, y sorberé la delicada saliva de los labios, prefiriendo los gruesos y de rojo obscuro.

Y mis miradas reposarán en sus miradas. ¡Y nos sentaremos cerca del agua cantora de mis jardines!

Alex Timmermans

Las mil y una noches 

Hatuma Djaora

   

      En aquellos tiempos vivía en Wagadu una mujer extraordinariamente hermosa... se llamaba Hatuma Djaora, pues era de la familia de los Djaora. Era las más hermosa de toda la comarca.

 Su padre le dijo:

     -No quiero que te cases con un hombre que no hayas elegido tu misma. Yo no te impondré ninguno. ¡Haz tu voluntad!

 Hatumata dijo:

     -No me casaré con un hombre porque sea rico, porque tenga muchos caballos o ganado, pues no me gustan los hombres ricos sino sólo los astutos

La astuta. Hatumata Djaora. Sahel

Amantes



una flor
no lejos de la noche
mi cuerpo mudo
se abre
a la delicada urgencia del rocío....



Alejandra Pizarnik

lunes, 9 de enero de 2017

Palabras a un poeta



No engañes a quien te lea,
no lo lleves donde quieran tus palabras.
Llévalos a la verdad.

No les digas que la intensidad lo es todo
porque prescindirán del resto,
posiblemente de lo más importante,
lo que queda cuando toca encontrar
un motivo de verdad para estar juntos,
el amor sin más disfraces.
Con fuego todo es fácil.
No les vendas tus poemas incendiados
como el culmen de la vida,
no les quites la esperanza.

No los empujes hacia un párrafo
donde solo valga arder,
donde las bellas palabras
de quien lleva media vida junto a otra persona
valgan menos que tres versos borrachos
llenos de promesas que no cumplirán
cuando se apaguen las brasas.

El amor es otra cosa.
Procura aprenderlo,
procura probarlo.
No es solo morder,
es otra cosa.
No es solo abrasarse,
es otra cosa.
No es el incendio,
ni reventar de sentimiento,
ni estrellar tu cuerpo contra el suyo,
ni perderlo todo,
ni dar sin concesiones,
ni surcar los precipicios,
ni pasión o nada,
ni vaciarse todo de golpe.

El amor no es eso.
Apréndelo,
búscalo después de la pasión,
búscalo meses más tarde,
en la persona que te dio todo lo anterior,
búscalo cuando veas sus defectos
y sigas pensando que esa risa
es el país donde quieres quedarte a vivir.
Búscalo ahí y entonces podrás contarlo.

Mientras tanto te entiendo,
aún no lo has sentido
y no vas a escribirlo de momento,
pero lo cierto es que mientras no cruces la línea de la pasión
podrás lo que es estar enamorado,
pero aun no sabrás,
no sabrás ni de lejos



by Marwan  

domingo, 8 de enero de 2017

Que vamos





No es una prueba, es un acierto
no soy cualquiera y tú no eres otro puerto
no estás afuera, ni yo estoy dentro
y la frontera es nuestra piel expuesta al viento

No es una tregua, es un encuentro
tú no exageras y bien sabes que no miento 
yo soy madera, tú eres el fuego
somos probetas del mejor experimento

Y yo
que siempre he sido un cazador de sueños rotos
he convertido en ruinas todo lo que toco
mi vida pasa lenta fuera de los focos
y tú
siempre pendiente de lo que digan los otros 
has dado todo pero piensas que das poco
tienes la llave de las rejas de tus ojos
encenderemos la luna en el fondo del mar
sabes tan bien como yo que no va a salir mal 

La madrugada despierta tarde
por mas que llueva no se apaga esto que arde
ya no estás muda, yo no estoy ciego
bailas desnudas y celebro lo que veo

Ya no hay relojes pa´ tanto tiempo
faltas al curro, llegaré tarde al concierto
no estás soñando, estoy despierto
con dos palmeras nace el verde en un desierto 

Y yo
que ya no soy un cazador de sueños rotos
voy convirtiendo todo en oro si te toco
y brillo más contigo fuera de los focos
y tú
te despreocupas de lo que digan los otros 
me lo das todo y te aseguro que no es poco
has arrancado aquellas rejas de tus ojos 
encenderemos la luna en el fondo del mar
sabes tan bien como yo que no va a salir mal 
sabes tan bien como yo que no va a salir mal 
sabes tan bien como yo que no va a salir mal


 -



Música de Diego Ojeda
Letra de Carlos Salem y Diego Ojeda
Poema "que vamos" de Carlos Salem

Todo son besos

Besos tras lágrimas,
 Besos tras la tristeza.

Besos,  
Besos con sabor a ti.



Todo son besos.

Te toco el pecho y es un beso.
Un beso si te acaricio la espalda.
Es un beso trazar curvas 
con los dedos en tu cuerpo. 
Besarte es, 
por supuesto,
 besarte el sexo.


No es otra cosa que un beso
 si tu sexo se encuentra
 rodeado  mi sexo.

No es nada más, 
ni nada mejor que un beso 
lo que haces  al moverte 
en mi interior. 

Un beso mientras apoyo 
mi  mano en la pared 
ante tu  empuje,

Un beso cuando volvemos
 al eterno juego de morirnos
 con más vida que nunca.

Todo son besos. 
Y un beso tuyo es todo.


© MaRía

miércoles, 4 de enero de 2017

Deseos



¡Yo quisiera salvar esa distancia,
ese abismo fatal que nos divide,
y embriagarme de amor con la fragancia
mística y pura que tu ser despide!

¡Yo quisiera ser uno de los lazos
con que decoras tus radiantes sienes!
¡Yo quisiera, en el cielo de tus brazos,
beber la gloria que en tus labios tienes!

¡Yo quisiera ser agua y que en mis olas,
que en mis olas vinieras a bañarte,
para poder, como lo sueño a solas,
a un mismo tiempo por doquier besarte!

¡Yo quisiera ser lino, y en tu pecho,
allá en las sombras, con ardor cubrirte,
temblar con los temblores de tu pecho
y morir del placer de comprimirte!

¡Oh, yo quisiera mucho más! ¡Quisiera
llevar en mí, como la nube, el fuego;
mas no, como la nube en su carrera,
para estallar y separarnos luego!

¡Yo quisiera en mí mismo confundirte,
confundirte en mí mismo y entrañarte;
yo quisiera en perfume convertirte,
convertirte en perfume y aspirarte!

¡Aspirarte en un soplo como esencia,
y unir a mis latidos tus latidos,
y unir a mi existencia tu existencia,
y unir a mis sentidos tus sentidos!

¡Aspirarte en un soplo del ambiente,
y así verter sobre mi vida en calma,
toda la llama de tu pecho ardiente
y todo el éter de lo azul de tu alma!

¡Aspirarte mujer... de ti llenarme,
y en ciego y sordo y mudo constituirme,
y ciego, y sordo y mudo, consagrarme
al deleite supremo de sentirte
y a la suprema dicha de adorarte!

Salvador Díaz Mirón
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