A veces
no cabe esperar nada
no cabe esperar nada
cuando el sol del estío reseca nuestra piel
cuando aún vestidos de agua y sal
el agua se escurre, se escapa
no alcanza
mientras en el alma
la llovizna de desatino
empapa, hunde
mientras la sal
corroe nuestra garganta
mientras la sal
corroe nuestra garganta
A veces
no cabe gritar nada
no cabe gritar nada
cuando el oído es sordo
de quien da la callada por respuesta
el grito se ahoga en las entrañas
mientras en la tripa se forma
el quiste y nos deforma
la sonrisa.
A veces
mejor borrar
mejor borrar
barrer, tirar, desescombrar
recuerdos de algo que no fue nada
porque nada son las mentiras,
cuando se tejen entre distancias
y cercanas palabras.
A veces
mejor
mejor
no ser mejor
ni tan siquiera intentarlo
ponerse la piel de camaleón
porque de garras afiladas
están las letras [des]hechas
de caballeros y doncellas
de princesas y mendigos
de tanto te quiero perrito
pero pan, pan
poquito
MaRía