Una noche,
una de esas noches
en las que estás deseando
ser tú misma,
de poner sacar esa máscara
que te oprime,
te hace ser diferente,
que te anula como persona
hasta notar que va absorviendote
de tal manera,
que ni el oxigeno llega a tú cerebro,
poco a poco notas tu ritmo cardíaco lento,
un cuerpo paralizado,
una mente atormentada
por esa coraza que intentas quitarte...
Una de esas noches decidí quitármela,
no fue fácil,
poco a poco sin darme cuenta
se había apoderado de mí verdadero yo;
me dolió dolor de mostrarme tal cual ante ti,
sin tapujos, indefensa y a tu merced;
esa noche,
un cúmulo de emociones invadían mi ser,
miedos, dudas y peor
el ser rechazada al decirte mi verdad.
Las palabras que solían fluir
se estaban agolpando en mi mente,
¿Cobardía? ¿Miedo? ¿Vergüenza?
No lo sé...
Paralizada por tantas dudas,
mi lado oscuro me pedía a gritos
que me la volviera a poner,
luchas internas,
razones sin razón,
miedos infundados por la desconfianza..
Lucha de titanes,
desgarraban mis entrañas.
La respuesta fue rápida y concisa...
Y entendí
que una máscara no sirve para mucho
cuando te la pones sin deseos de llevarla...
no sirve porque si la llevas mucho tiempo,
ya nunca te dejará que te la saques .
© MaRía