Tus ojos vinieron a mirarme en esa hora oscura y áspera Yo me creía sola pero estabas aquí. El amor le arrancó tu mirada a la muerte
Maruja Vieira
miércoles, 13 de marzo de 2019
Si nuestra amistad depende de cosas como el espacio y el tiempo, entonces cuando por fin superemos el espacio y el tiempo, habemos destruido nuestra propia hermandad Pero supera el espacio, y nos quedará solo un aquí. supera el tiempo, y nos quedará sólo un ahora. Y entre el aquí y el ahora no crees que podemos volver a vernos un par de veces?
En la pantalla un telescopio hacia el cosmos Mi red de atrapar palabras Aparece un nombre Alguien pensó en mi hoy Allá lejos Un mensaje palpita intermitente frente a mi Como un pequeño corazón azul
El amor es una enfermedad de las mas jodidas y contagiosas. A los enfermos cualquiera nos reconoce. Hondas ojeras delatan que jamás dormimos, despabilados noche tras noche por los abrazos, o por la ausencia de los abrazos, y padecemos de fiebres devastadoras y sentimos una irresistible necesidad de decir estupideces. El amor se puede provocar, dejando caer un puñadito de polvo de quererme, como al descuido en el café o en la sopa o en el trago. Se puede provocar, pero no se puede impedir. No lo impide el agua bendita, ni lo impide el polvo de hostia, tampoco el diente de ajo sirve para nada. El amor es sordo al Verbo divino y al conjuro de las brujas. No hay decreto de gobierno que pueda con él, ni pócima capaz de evitarlo, aunque las vivanderas pregonen, en los mercados infalibles brebajes con garantía y todo
Eduardo Galeano~El libro de los abrazos
lunes, 11 de febrero de 2019
Confucio ha dicho que como mejor se conoce el mundo es sin salir de casa, y no le falta razón.
No es imprescindible desplazarse en el espacio, también se puede viajar hacia el fondo del alma
Todo el mundo pide sin dar nada a cambio. Todo el mundo roba y les sale bien. Y, en cambio, tú, que intentas ser honesto, sales siempre malparado. Que nuestra vida es nuestra y que nadie nos regala nada, que somos nosotros los que la construimos en función de nuestros verdaderos deseos. Sólo que hay que tener mucha fe, porque, de otra forma, ocurre justo lo contrario: nuestros miedos toman la delantera, somos nosotros mismos quienes lo echamos todo a rodar, y culpamos de ello a los demás. El secreto para vivir mejor es reír y soñar
Un día, mucho antes de que nacieran los dioses, desperté de un profundo sueño y descubrí que me habían robado todas mis máscaras si, las siete máscaras que yo mismo me había confeccionado, y que llevé en siete vidas distintas; corrí sin máscara por las calles atestadas de gente, gritando:
-¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!
Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, varias personas, llenas de espanto, corrieron a refugiarse en sus casas. Y cuando llegué a la plaza del mercado, un joven, de pie en la azotea de su casa, señalándome gritó:
-¡Miren! ¡Es un loco!
Alcé la cabeza para ver quién gritaba, y por vez primera el sol besó mi desnudo rostro, y mi alma se inflamó de amor al sol, y ya no quise tener máscaras. Y como si fuera presa de un trance, grité:
-¡Benditos! ¡Benditos sean los ladrones que me robaron mis máscaras!
Así fue que me convertí en un loco.
Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden esclavizan una parte de nuestro ser.
Pero no dejéis que me enorgullezca demasiado de mi seguridad; ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro ladrón.