Mostrando entradas con la etiqueta Leo Buscaglia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Leo Buscaglia. Mostrar todas las entradas

viernes, 3 de enero de 2020

Amor



          El amor es un fenómeno aprendido aunque quizá muchos de nosotros no estemos satisfechos con el modo en que lo hemos aprendido. Como seres humanos experimentados, debemos creer en una cosa por encima de otra: el cambio. Y por lo tanto, si no nos gusta donde estamos con respecto al amor, si no nos gusta el escenario en el que nos encontramos, si no somos felices, si nos sentimos solos en pareja, si nos parece que no sentimos nada por el otro podemos cambiar y crear un nuevo escenario.

          Debemos pintar un nuevo decorado. Rodearnos de actores nuevos.Y si la obra no es buena, insistiremos y escribiremos otra.Hay millones de obras, tantas como personas.
Sabemos que el amor es algo que necesitamos, algo que buscamos constantemente y sin embargo, no se nos enseña. Se supone que nos llega por y a través de alguna fuerza misteriosa de la vida.

          El amor no es un producto que pueda negociarse, comprarse o venderse, tampoco podemos obligarnos a amar u obligar a otros a que nos amen. Sólo puede ser dado en forma voluntaria. Muchas personas se ofrecen en venta, en cuerpo y mente, en nombre del amor.

          Se engaña a sí mismo quien cree que puede comprar el amor. Se puede comprar el cuerpo de otro, o su tiempo, o su consentimiento a cambio de posesiones terrenas, pero nunca se comprará su amor. Se puede optar por fingir amor a cambio de un precio determinado, es un arte que muchos han perfeccionado al punto que a veces resulta imposible descubrir el engaño. Pero este jugar al amor no es fácil, el costo es grande y nunca la recompensa es suficiente, porque no hay amor.

           Si uno desea conocer el amor, debe vivirlo activamente, debe aprender que el amor no puede ser encerrado o encadenado, el amor se diluye entre las cadenas. Si el amor desea seguir otro curso, se va; y todas las prisiones, guardas, cadenas u obstrucciones de los demás y del mundo no son suficientes para retenerlo ni por un segundo.

        Si un ser humano ya no desea crecer en el amor con otro ser humano, el otro puede desempeñar varios papeles para retenerlo y puede convertirse en un villano y amenazarlo; o puede volverse generoso y ofrecer regalos; puede convertirse en un intrigante y hacerlo sentir culpable; puede ser astuto y trampearlo para que se quede o puede cambiar su propio “yo” para satisfacer las necesidades del otro. Pero a pesar de todo lo que haga, el amor del otro se ha ido y sólo recibirá a cambio de todos sus esfuerzos, un cuerpo vacío, sin vida y sin amor. Aunque esto nos parezca repugnante, muchos lo hacen, por posesión, por seguridad, estatus, fama o fortuna. La dinámica resulta aún más grotesca cuando se comprende que esta relación sin porvenir impide a quienes están atrapados en ella un crecimiento constante.

        El amor es tener siempre los brazos abiertos. Con los brazos abiertos el amor puede ir y venir a su voluntad, libremente, pues lo haría igual de todos modos. Si cerramos los brazos alrededor del amor, lo asfixiamos, y descubriremos que hemos quedado solos, abrazándonos a nosotros mismos.

Fragmento del Libro Vivir, amar y aprender de Leo Buscaglia.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
.