me apretó los hombros
como el manillar de
la primera bicicleta
en la que se montó
yo tenía cinco años
sus labios olían
al hambre
que aprendió de cuando
su padre devoraba a su madre a las cuatro de la mañana
fue el primer chico
que me enseñó que mi cuerpo servía
para dárselo a aquellos que querían
que me sintiera cualquier cosa
menos completa
y por dios
me sentí tan vacía
como su madre a las cuatro y veinticinco de la mañana
Rupi Kaur