viernes, 28 de julio de 2017

el espejo; 2º parte



           Nos dirigíamos a su casa, yo medio paso más atrás. Un hormigueo invadía todo mi cuerpo, la intriga de descubrir que secreto guardaba aquel espejo, ese hombre que me resultaba tan inquietante y mis tacones por aquella calle adoquinada, apenas me permitían caminar con paso firme. Mi cabeza no dejaba de pensar, ese hombre me hablaba pero yo apenas le oía murmurar algo. Días atrás nunca hubiese imaginado lo que estaba haciendo.

           ¡Esto es de locos!! . Ir a casa de un desconocido. Me paré un momento y él, enseguida se dio cuenta.


-¿Está usted bien? Si quiere lo dejamos para otro momento, tal vez tenga obligaciones que cumplir.


-Sí, tengo que ir a la oficina.. pero,.. no se preocupe hago una llamada y todo solucionado, una vez que estoy aquí.. jaja.


      Mi voz temblaba, me dí cuenta y eso todavía me puso más nerviosa - lo ha notado-


-Bueno, ya llegamos; las damas primero.


          Me abrió la puerta de aquella habitación, allí estaba , el espejo, aquel espejo misterioso que me atraía ahora más que nunca y que sin embargo no era capaz de acercarme a él.


-¿Quiere tomar algo? ?¿un café, un chocolate, una infusión? Dígame, Ana


-Sí gracias, un café con leche me vendría bien, hace un poco de fresco.


           Ahí me quedé en aquella sala, observando y no viendo nada, bloqueada, temblorosa, casi paralizada por una especie de morbo. Era una pequeña sala, muy acogedora, una especie de biblioteca, con su mesa de despacho y un gran sofá de cuero negro capitoné junto a EL presidian la estancia. Casi de puntillas, para no hacer ruido caminaba, observaba, olía, tocaba. Hasta que me planté delante de EL.


Que curioso ahora sí, ahora sí me veía...


-Tome aquí tiene. 


       Ensimismada en mis pensamientos me giré de súpeto y el café se derramó sobre mi traje.No, nooooo -me dije- ¡seré patosa!

-Lo lamento, estaba usted ahí tan callada, mirándolo, pero no pensé que la asustaría.


      Me trajo una especie de batín y me señaló una puerta; -Mejor cámbiese, no es bueno estar con la ropa así, puede cambiarse en esa habitación. En menos de cinco minutos limpiamos su ropa,

Allí estaba yo, con un batín, sentada a lado de un desconocido y en su casa.

-Bueno, vamos a ver, aquí estamos los dos, mejor dicho los tres; ahora le contaré que secretos guarda MI ESPEJO.

    Lo primero que me gustaría decirle es que en EL se ve lo que se desea ver. Usted ahora se ha puesto delante. ¿Vió algo? ¿Le importa contármelo?

       No podía, lo que vi, como iba a contárselo, a el, a ese desconocido. ¿Como podía decirle que me vi en el sofá donde ahora estoy sentada, desnuda, desnuda delante de él?




© MaRía



Creative Commons License

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
.