martes, 11 de octubre de 2016

ViSióN

¿Acaso fue en un marco de ilusión,
En el profundo espejo del deseo,
O fue divina y simplemente en vida
Que yo te vi velar mi sueño la otra noche?

En mi alcoba agrandada de soledad y miedo,
Taciturno a mi lado apareciste
Como un hongo gigante, muerto y vivo,
Brotado en los rincones de las noches
Húmedos de silencio,
Y engrasados de sombra y soledad.

Te inclinabas a mí supremamente,
Como a la copa de cristal de un lago
Sobre el mantel de fuego del desierto;
Te inclinabas a mí, como un enfermo
De la vida a los opios infalibles
Y a las vendas de piedra de la Muerte;
Te inclinabas a mí como el creyente
A la oblea de cielo de la hostia...
—Gota de nieve con sabor de estrellas
Que alimenta los lirios de la Carne,
Chispa de Dios que estrella los espíritus—.
Te inclinabas a mí como el gran sauce
De la Melancolía
A las hondas lagunas del silencio;
Te inclinabas a mí como la torre
De mármol del Orgullo,
Minada por un monstruo de tristeza,
A la hermana solemne de su sombra...
Te inclinabas a mí como si fuera
Mi cuerpo la inicial de tu destino
En la página oscura de mi lecho;
Te inclinabas a mí como al milagro
De una ventana abierta al más allá.

¡Y te inclinabas más que todo eso!

Y era mi mirada una culebra
Apuntada entre zarzas de pestañas,
Al cisne reverente de tu cuerpo.
Y era mi deseo una culebra
Glisando entre los riscos de la sombra
A la estatua de lirios de tu cuerpo!

Tú te inclinabas más y más... y tanto,
Y tanto te inclinaste,
Que mis flores eróticas son dobles,
Y mi estrella es más grande desde entonces.
Toda tu vida se imprimió en mi vida...

Yo esperaba suspensa el aletazo
Del abrazo magnífico; un abrazo
De cuatro brazos que la gloria viste
De fiebre y de milagro, será un vuelo!
Y pueden ser los hechizados brazos
Cuatro raíces de una raza nueva:

Y esperaba suspensa el aletazo
Del abrazo magnífico...
¡Y cuando,
te abrí los ojos como un alma, vi
Que te hacías atrás y te envolvías
En yo no sé qué pliegue inmenso de la sombra!



Delmira Agustini- De Los cálices vacíos

viernes, 7 de octubre de 2016

La soledad no es para los débiles




No te juntes con un solitario,
La soledad no es para los débiles,
Es dura,
terminarás por masticarte la lengua
hasta desprenderla y tragártela
terminarás devorándote...
O igual no sucede nada
Pero definitivamente ya nada será igual.

No hagas amistad con un solitario
se te pegarán las mañas
las fobias y filias...
terminarás odiándolo...
odiándote...
Sí tienes suerte le cambiarás la vida,
Pero seguramente tú cambiarás.
Pero definitivamente ya nada será igual.


Nunca te enamores de un solitario.
Nada le importara
Al principio sentirá calor...
Pero después querrá regresar de donde vino.
La soledad no es para los débiles.
Nada será igual.






Poema: Damian Mictlantecuhtli,

miércoles, 5 de octubre de 2016

La Escased del ser


Súcubos
dominio de la memoria lucida
que tire la primera piedra el que esté libre de pecado
por que la vida nos revela que todos somos impuros
y en infierno también mora en la Tierra.

En un jubileo incompleto 
las golondrinas migran hacia el sur
donde el clima es templado
y las gentes las reciben con cálidos abrazos.

Heladas almas inquietas,
la vista de un nuevo 
el amanecer nos excita y
en el atardecer os eclipsáis 

Escasea la dignidad 
huye el sabio
que prefiere la vida justa

Seguir
soltar amarras
perfecta solución para exiliar el infierno
de esta Tierra que saldrá  intacta y gloriosa.

MaRía


martes, 4 de octubre de 2016

Ciencias Naturales El poeta enamorado



Triste historia y un poeta enamorado 

varios años exiliado que ha perdido la razón 
frente a frente no midieron las palabras 
recurrieron a las armas 
de apuntar al corazón 

El soñaba noche a noche en su poesia 
que con lastima escribia 
pues de nada le sirvió 





Y ella en cambio era tan fría y tan fuerte 
que ni los versos latentes volvieron a su cajón 
Y se bebio las palabras del poeta enamorado 
como gotas tontas que se desahogo 

(Y dale vida dulce genio a otra poesia 
El poema de Raquel se desangro) 

lentamente hizo el alto y su maleta 
poco a poco su chaqueta iba sientiendo el dolor 
y al momento fue el primero en derrumbarse 
justo antes de marcharse 
una lagrima escribió 





Tantos años compartiendo junto a ella 
y ahora en busca de otra estrella 
El bohemio se largó



Y ella en cambio era tan fría y tan fuerte 
que ni los versos latentes volvieron a su cajón 
y se bebió las palabras del poeta enamorado 
como gotas tontas que se desahogó



lunes, 3 de octubre de 2016

Suavemente...me mata



Las estrellas aparecen
 cuando llegas, 
entras sin avisar
y cuando yo te siento
el frío mundo se agita,
las sombras nos cubren,
amparando nuestra metamorfosis.

El clamor  del cuerpo se despereza
asoman deseos escondidos,
que se abren sin pudor,
y el espíritu de la oscuridad,
ese inmenso circulo sin relevo
deja de existir.

Y somos al fin 
nosotros,
el silencio, el clamor
de dos almas

MaRía


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